Sinopsis:
Jojo Rabbit, una sátira de la Segunda Guerra Mundial, en la que un solitario niño alemán (Roman Griffin Davis), cuya visión del mundo se pone de cabeza cuando descubre que su madre soltera (Scarlett Johansson) está escondiendo a una joven (Thomasin McKenzie) en su ático. Ayudado sólo por su idiota amigo imaginario, Adolf Hitler (Taika Waititi), Jojo deberá confrontar su nacionalismo que lo tiene cegado.
Reseña por ErikMadneSS. y Alberto Soriano:
La cercanía de la próxima entrega de los premios Oscar ha puesto las miradas, como siempre, en las obras nominadas; en esta ocasión hablaremos de Jojo Rabit, un nuevo filme del talentoso directorneozelandés Taika Waititi (Thor: Ragnarok, Hunt for the Wilderpeople (A la caza de los Humanos), What We Do in the Shadows (Lo que hacemos en las sombras)), a quien también podremos apreciar como actor y guionista basándose en la novela Caging Skies (El Cielo enjaulado) de Christine Leunens.
Con una premisa intrigante, la película nos permite adentrarnos de forma divertida y reflexiva a los pensamientos del pequeño Jojo Betzler (Roman Griffin Davis) en Alemania durante la segunda guerra mundial. En este contexto el mayor apoyo para el pequeño será su gran e imaginario amigo "Adolf Hitler" (Taika Waititi) y su siempre preocupada y carismática madre (Scarlett Johansson), quienes lo llenarán de consejos de superación y supremacía para vencer sus miedos a cualquier costo.
La historia transcurre de manera dinámica gracias al buen uso del humor en el guion de Waititi; la gran actuación de los protagonistas; una excelente dirección; una fotografía plenamente cuidada tanto en planos de interiores y exteriores, aunado con un manejo en la paleta de colores que acentúa el drama y comedia de cada escena; y un excelente soundtrack por parte de Michael Giacchino, perfectamente elegido para cada uno de los excelentes escenarios de Tom Eagles.
Todo lo anterior convierte a Jojo Rabit en una película perfecta para disfrutrar de un momento agradable, sin embargo, solo se queda en eso, puesto que existe una falta de balance en comedia y drama, en un largometraje al estilo “la vida es bella” que termina caricaturizando, por no decir ridiculizando, varios hechos sucedidos en la segunda guerra mundial, haciendo de sus mejores aliados los recursos de bromas fáciles y sentimentalismos baratos sin dejar a un lado la reflexión sobre la guerra y la inocencia que perdieron los niños de aquel entonces, reflexión que aún puede aplicarse a tiempos actuales.
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